dissabte, 5 de juny del 2010

Highschool Bizarre Chronicles Capítulo 4 (III)

Media hora más tarde, a Nicholas Pink y a Alexander Hummingbird les seria comunicado que a las seis tenían que ir a cierta cafetería, porque Mary Sue, la nueva mejor amiga de Doris, les había propuesto de quedar. Los ruegos y las súplicas no se admitían. Y que ni se les ocurriera desaparecer, o por lo contrario iban a sufrir como cerdo en asador, palabras textuales. Obviamente, Phyns también se enteró, gracias a la eficacia del micrófono que llevaba Nick, y sufrió tal ataque de rabia que se revolcó por el suelo en una de sus rabietas mientras se mordía sus snakefangs.
Después de darles tan terrible noticia, Doris se había vuelto a clase tranquilamente, dejando a los dos chicos afuera, ya que habían llegado una vez la verja ya estaba cerrada.
Nick se encontraba en un estado de shock un poco menor al de ayer, que casi se había cobrado su vida, que le provocaba que se abrazara a sus rodillas y se tambaleara adelante y hacia atrás siguiendo una cadencia que sólo él podía oír. Estaba bastante pálido, e iba murmurando “me persigue, ella me persigue…”
Alexander se preguntó si debía de darle un par de puñetazos para hacerle reaccionar. Al final decidió que no, que la violencia no era la forma de solucionar las cosas, pero su mano no lo obedeció y en breves instantes Nick estaba empotrado a la pared mirándolo con los ojos muy abiertos.
- Lo siento, tío –se disculpó Al.- Dabas grima…
- No importa –murmuró Nick, frotándose la mejilla.- Has hecho bien.
Alexander asintió.
- Tampoco es tan horrible –añadió Nick.- Sólo tengo que intentar sobrevivir un par de horas más… Y con el adicional de que no estarán mis compañeros de clase.
- Y además estaremos nosotros para protegerte. Lo digo por si se le ocurre encerrarse contigo en el baño para abusar de ti o algo semejante…
- ¿La crees capaz de hacer algo así?
- ¿Tú no?
Nick lo meditó.
- Tienes razón… Será mejor no tentar a la suerte.
- Siéntate lo más lejos de ella.
- Eso no la va a detener.
- Confiamos que nos sirvan cuchillos.
- ¿Almuerzo con cuchillos?
- Pide tarta.
- ¡Y una mierda! ¿Sabes lo cara que es?
- Pues entonces no te quejes cuando te secuestre.
- Tú y Doris me protegeréis… ¿verdad?
- Yo tengo mi principio de no-violencia.
- Pues para tener un principio de ‘no violencia’ pegas con mala leche.
- Pídele a Doris que le meta una paliza si se acerca a ti.
- No creo… Ya has visto como la ha sobornado con eso de la serie. ¡Le brillaban los ojos de una forma horripilante!
- Ah, sí, se me olvidaba que encima vamos a tener que aguantar a una panda de celebrities pijos y famosos.
- Pijos como tú.
- Pero yo no soy famoso.
- Tienes razón.

Ambos restaron en silencio un rato. Todavía faltaban veinte minutos para que empezara la siguiente clase.
- Y…-empezó Nick, buscando cambiar de tema.- ¿Cómo es que has llegado tarde? ¿Acaso tu madre no te trae en coche?
- Sí, bueno, pero se caló en medio la carretera y tuve que venir andando con Baby. Somos ricos, pero modestos –anunció Al con dignidad.
- Pues ella ha llegado a la hora, ¿no?
- Se encontró con una amiga y la trajo hasta aquí.
- ¿Y te dejaron en medio la calle abandonado?
- Mi vida es dura –de repente, Alexander se acordó de lo que tenía que contarle a Nick y que por culpa del incidente con Doris (y Mary Sue) no había tenido ocasión de explicarle. - ¿Sabes qué? Hoy he conocido a mi futuro novio.
Nick emitió un breve monosílabo inteligible y, cerrando los ojos, apoyó la cabeza contra el muro. Acto seguido los volvió a abrir y miró a su amigo con estupefacción.
- ¿Que qué? – chilló. – Es decir… ¿cómo? Digo, ¿Cuándo? Si no somos ni las diez de la mañana…
Al miró a su amigo con infinita compasión. Doris tenía razón, era un poquito estúpido.
- Pues mientras venía andando. ¿Cómo va a ser si no, malandrín?
- ¡Y yo qué sé! ¡Estamos hablando de ti!
- Fingiré no haber oído eso último, y te empezaré a contar mi increíble historia de amor…
- ¿Vas a tener un flashback?
- ¿Vas a seguir jodiendo o puedo continuar?
- No, no, adelante, flashbackea.

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