diumenge, 20 de juny del 2010

Highschool Bizarre Chronicles Prólogo

Doncs res, com que no tinc res decent per a penjar (^^U) poso aquí aquesta paranoia que em dedico a fer als meus temps lliures. La vull penjar tota, ja que si li passa alguna cosa a l'ordenata seguiré tenint una còpia on-line XD També li he canviat el nom: ara m'agrada més perquè representa més bé el contingut (això sí, no puc evitar que em recordi a High School Musical T_________T horrooooor).

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Atención:
Todos los personajes representados a continuación son de ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

(Aunque déjame decirte que, si alguno de los siguientes especímenes te recuerda a ti, ¡corre a abrir el gas!)



Mary Sue es un término utilizado por el mundo del fandom, refiriéndose a un personaje femenino (de ser masculino suele usarse el nombre Gary Stu) agregado en la historia original que suele ser un alter-ego del escritor/escritora, cuya principal característica es la de ser perfecto y no tener fallos. (…)
Las Mary Sue generalmente son chicas de belleza extraordinaria. Frecuentemente, sus ojos y cabello tienen propiedades poco comunes, que llaman mucho la atención.
En términos generales, un personaje Mary Sue presenta múltiples habilidades comparadas con sus escasos (si no es que nulos) defectos; sin embargo, suele desagradar a los lectores.


Mary Sue , Sta. Divinidad de la Wikipedia.



PRÓLOGO:
En el que el lector tiene el honor de conocer al personaje
más ilustre y brillante de todos los tiempos.


- Oh, mierda –fue lo primero que dijo Nicholas Pink esa mañana de marzo. - ¿En serio la redacción de lengua era para hoy?
Doris lo miró con ojos burlones desde el otro extremo de su pupitre mientras frotaba uno de los chicles que había bajo la mesa para que se cayera.
- Pues sí, y además es bastante importante – hizo una pausa dramática y esbozó una media sonrisa. - ¿Recuerdas que la profesora estuvo dos meses de baja porque se quemó en la playa? Pues ahora no sabe con qué evaluarnos y probablemente saque de ahí gran parte de la nota final.

Nick inclinó la cabeza y intentó poner la mirada más triste de la que fue capaz. Se imaginó que era un pobre chico sin familia ni amigos que vivía bajo un puente con su perro pulgoso. Y entonces empezó a hablar con la voz rota.
- En fin, supongo que voy a suspender inglés este trimestre… Espero que mi madre no me pegue demasiado – dijo haciendo que el flequillo pelirrojo le cayera sobre la cara tapándole los ojos, dándole un toque todavía más trágico.
- No voy a dejártela copiar.
El chico esbozó una mueca consternada.
- ¡Pues entonces sí que voy a suspender!
- ¿Y? Es tu culpa. Además, tu madre en su vida sería capaz de levantar la mano a alguien. Pobre mujer, suficiente tiene con un hijo cómo tú… estúpido.
En cuanto terminó, Doris esbozó una amplia sonrisa. Acababa de empezar la mañana de forma inmejorable; despotricando contra Nick, que casualmente era su actividad favorita después de tumbarse al sofá con una pizza y ver Lirios en Diciembre, un culebrón que estaba de moda. Ignorando al chico, que ahora parecía lloriquear sobre la mesa suplicando un poco de compasión, se dedicó a la fascinante tarea que tenía entre manos, literalmente. El estúpido chicle parecía no querer caer. Mientras le daba pinchazos con la regla y descargaba sobre él su frustración, se preguntaba quién podría ser el cerdo misógino que se lo había pegado, y se juraba a sí misma que iba a vengar de una forma retorcidamente original y malévola.
Aquella asquerosa conglomeración de petróleo se soltó de la madera al mismo tiempo que Nick abría la libreta en un intento desesperado de aprobar. Y todo eso pasó al preciso instante en que la profesora entraba a paso firme en la clase, con su pose elegante, la barbilla levantada y una mirada que delataba que había estado tomando más café de lo recomendable. Se paró en medio del aula, justo detrás de su mesa y tosió un par de veces intentado llamar la atención, mientras ignoraba un gemido de desesperación que le llegó desde las filas de detrás.
- Bueno, chicos –empezó a hablar con un tono de voz que mancaba de cualquier signo de expresividad. – Hoy es un día especial para nosotros; vamos a tener una nueva compañera en la clase. ¿No es genial? – si le hubieran dicho que su marido acababa de dejarla por una joven de veinte años y que habían atropellado a su gato, la señora Fine no habría conseguido formular esa pregunta de forma más fúnebre.
Los alumnos empezaron a murmurar entre ellos apresuradamente. No era normal tener chicos o chicas nuevas en el instituto, por el simple motivo de que el centro tenía una de las peores reputaciones del país, que habían logrado a base de depresiones y suicidios de profesores y varias desapariciones de algunos de los estudiantes. Por eso nadie iba nunca voluntariamente ahí. Sólo a los desgraciados que les tocaba por obligación, ya fuera por el distrito dónde vivían, como Nick o Doris, o por sus –pésimas- notas.
Se tenía que estar loco para querer ir al St. Puff.
Como es normal en una clase de secundaria, los comentarios maliciosos no tardaron en aflorar.
- Será una ex delincuente… - decía Philip Hughkins, un chico alto y esquelético de la segunda fila, mientras se reía entre dientes.
- A lo mejor ya ha cumplido los veintidós – añadía sonriente Tasha Swimbles, una chica la cual su belleza y inteligencia podían competir con la de los pavos reales.
- ¿Y a quién le importa eso? – gritó Sam Robson, grosero nato, para hacerse oír en medio del escándalo.- Lo importante es que tenga unos buenos…
Pero Sam nunca pudo acabar de decir qué era lo que le interesaba sobre la nueva alumna ya que su opinión fue cortada por la entrada de la misma.
La clase entera enmudeció.
Ante ellos estaba la criatura más perfecta que habían visto jamás. Sus tirabuzones dorados como el sol veraniego le caían en perfecto orden sobre los hombros pálidos y pequeños, que el vestido de volantes y encajes que lucía no llegaba a tapar del todo. Sus ojos, azules cómo el más azul de los zafiros, los miraban con una expresión que transmitía cohibición y puerilidad bajo unas cejas tan finas que casi parecían pintadas. Tenía las mejillas sonrojadas, y los labios, del color de las cerezas, entreabiertos, formando una pequeña ‘o’ de sorpresa.
- ¿Por qué no te presentas a tus nuevos compañeros, querida? – dijo la señora Fine, mientras se dejaba caer encima la silla demasiado pequeña para su enorme trasero. – Así haremos la clase más amena y os conoceréis más rápido – hoy no se había levantado con ganas de enseñar y tenía la excusa perfecta ante ella.
La chica asintió levemente con la cabeza y dedicó a los chicos una sonrisa encantadora. El sol que se filtraba en las ventanas se reflejó en sus dientes, inmaculadamente blancos, y cegó a las gemelas Nightfall, que estaban delante suyo. Emily y Evelyn lloriquearon asustadas al notar que de repente todo se volvía oscuro, pero nadie les prestó atención.
Todo el mundo miraba a la chica nueva.
Y de repente ella se puso a hablar con una voz tan suave y melodiosa cómo la más bella de las canciones de amor.
- Me llamo Mary Sue.

2 comentaris:

  1. m_M això de canviar el títol està força encertat, tot i que també podries haver posat alguna cosa més a l'estil de la "xorrada que estàs escrivint" com "A la caza de Pinkie" xDD.
    per cert, a mi també m'ha recordat una mica a HSM, quan tarden els traumes a passar al no-res?
    un petó guapa! per cert, me alegro de tu regreeesooo.

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  2. Jo també de tenir-te per aquí~~ Per cert, yo nunca me fui!! O.ó
    A que sí que el títol necessitava un canvi urgentíssim? u.ú I no sabia quin posar-hi T_T Al final se'm va acudir aquest mira, per potra... [trauma amb HSM], i més xorrada... XD Com no li posi '¿Porque las golondrinas cantan la símfonia nº 36 en enero?'... xDD

    Aiiiiiis, res, a veure quan ens trobem pel msn ;_;

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